Rompenieves, es una de esas historias de cine que sirve para todo el mundo; es realmente una ficción para todos los públicos: los más exigentes y los que dan más importancia a la calidad de las palomitas que a la película que ven, de la que nunca recordarán el título. Eso al menos creo yo, como también considero que es un notable, e invidiable, logro del gran director coreano Bong Joo-ho, tener un espectro tan amplio de seguidores.

Esta futurista alegoría sobre una glaciación y los supervivientes de un fallo científico, más o menos provocado, que viajan alrededor del mundo a velocidad de vértigo; este orden, diseñado a imagen y semejanza de los regímenes políticos de siempre: los que van delante, los de la cola, la clase media (que ni se entera, ni quiere enterarse), los rebeldes, los cabeza cuadrada (militares), los traidores; en definitiva, los que convencen y quienes se dejan convencer....
El paralelismo que establece el autor, que pone en fotogramas el cómic de Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb, con el atemporal "equilibrio social", o si no busque usted era o época en que no hayan existido clases o castas, da para más de un debate. Aunque no dudo de que muchos, tal vez con buen criterio, no van al cine a pensar y, a veces, es mejor que no lo hagan porque podrían sorprendernos a la hora de elegir el bando; por aquello de que impera el "vale más ser un cobarde vivo, que un héroe muerto". Si este último entrecomillado no fuera cierto, ¿creéis que seguiríamos gobernados por los megalómanos que nos chulean?.