Uno de los productos que más esperaba este año (por encima de muchos videojuegos y películas), era esta continuación de FFVII. Una película que evidenciaba una calidad sublime a raiz de los estupendos trailers, melancólicos y emotivos para los que jugamos al juego, que se han ido presentando. Y por fin, tardando una eternidad desde que apareció en Japón, está con nosotros Advent children edición española; una película desaconsejable en su totalidad para quién no jugara a FFVII por lo aburrida que se les hará, y una pequeña decepción de lo que podría haber sido y no fue.

No voy a dedicar mil líneas al sorprendente nivel visual que presenta, ya que llega con ver un trailer para apreciarlo. La maestría de Square con las imágenes generadas por ordenador es pasmosa, y ver a Tifa, Cloud, Sephirot representados con tal calidad impresiona. Todos los personajes se han humanizado (dejando de ser muñecotes), sin perder carisma ni similitud, un buen ejemplo es Yuffie, que se ve estupendamente. Aunque el que les ha quedado realmente mal es Red XIII, que parece un arapo viejo con patas y cola. El problema con los personajes, y al menos en su versión española, es que el doblaje desvirtua al mito. Por ejemplo Tifa, que le han puesto la voz de la tonta que dobla todas las películas de terror japonés al castellano. No conocí la voz de Tifa en FFVII, pero esperaba otra cosa, y con Cloud igual, que a veces parece Shinji Ikari de Evangelion.

Otro problema es la trama, que se antoja pobre, atropellada y resuelta mal y rápido. Aunque en una película donde todo es pelear y correr con la moto, se hace difícil la aparición de diálogos profundos y temática compleja, pero... esto es una película, no un videojuego con una jugabilidad de cuarenta horas. Aún así, esperaba otra cosa.

En definitiva lo negativo me parece el exceso de combates, la omnipresencia de Cloud, un doblaje poco acertado (y mira que tuvo tiempo Sony...), trama extraña y mal resuelta, y poco carisma en los enemigos (exceptuando a Sephirot claro está). En lo bueno; presume un apartado gráfico brutal e insuperable de momento, gran nostalgia de volver a ver Midgar y personajes, gran representación de los protagonistas y luchas de calidad, aunque repito; excesivas y no tan espectaculares como dicen. Y ya si nos ponemos puntillosos, faltaron los Chocobos, invocaciones más populares (Shiva ¡hombre!) y que pelée más el grupo.

Después del patinazo que fue Final Fantasy X-2, y cargarse la buena impresión que nos dejó Yuna en X, pienso que con toda está compilación de FFVII, no hacen sino manchar lo que fue una obra maestra, un juego que fue mucho para una generación, y un recuerdo que no olvidaremos cuando seamos más viejos. FFAC no es tan espantoso como FFX-2, pero si ha estropeado, al menos en mi caso, la concepción que tenía de algunos personajes. A ver si llega el día en que Square-enix deje de atropellar sus mitos para sacar más pasta.