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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
2
Comedia. Acción. Drama. Western Almería, desierto de Tabernas, año 2002. Texas Hollywood es un polvoriento poblado del Oeste donde hace ya décadas que no se ruedan películas. Allí malvive Julián (Sancho Gracia), un veterano especialista de cine que está de vuelta de todo. Con él trabajan otros marginados y nostálgicos sin remedio: Cheyen (Ángel de Andrés), el pistolero cobarde; Manuel (Manuel Tallafé), el doble temerario; Arrastrao (Enrique Martínez), el jinete sin ... [+]
30 de marzo de 2007
35 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con El Día de la Bestia (1995) y La comunidad (2000), Álex de la Iglesia se confirmó como uno de los autores más personales y taquilleros de nuestro cine. Cuando parecía que el solvente director vasco afianzaba su estilo y conseguía introducirnos en su terrorífico mundo cotidiano, llegaron sus 800 balas, un ejercicio presuntuoso y egocéntrico, de una ambición desmesurada, y apegado a una búsqueda insaciable de comercialidad.
Homenaje
Sergio Leone renové hace algunas décadas el género del western. Con la ayuda de la estrella Clint Eastwood, rodó algunas muestras de gran calibre. Ahí están Por un puñado de dólares y El bueno, el feo y el malo, filmadas enteramente en el desierto de Almería, lugar donde rueda también Álex sus 800 balas y homenajea a los especialistas de aquella época.
A pesar que no se le puede negar a Álex de la Iglesia su habilidad para coordinar una superproducción (6 millones de euros de presupuesto), el argumento es una mera excusa para llevar a cabo un despilfarro innecesario de medios y trasladarnos a la más paupérrima versión del humor, ésa que remite al chiste fácil, absurdo, basto, chabacano.
Despropósitos
Tal vez desbordado por la numerosa cantidad de premios, tal vez acuciado por la necesidad apremiante de hacer un producto cualquiera, el director no ha sabido recompensar a todos sus seguidores y ha parido, él solito, un producto autocomplaciente, que no hay por donde cogerlo si no llega a ser por los extraordinarios y rítmicos títulos de crédito, que ya anteceden una inspiración invadida por el cómic y las novelas serie B del oeste. Para eso y para la música sí ha sabido rodearse de buenos técnicos.
Consciente del tirón que tiene entre el público, sobre todo el joven, se ha sumado a la tarea de productor, olvidándose por completo del argumento, que ha sido siempre la virtud de sus films. A lo largo de las excesivamente densas dos horas de metraje, se asiste a situaciones previsibles y forzadas. Sólo en muy pocas ocasiones surge una pequeña sonrisa producto de la brillantez de su genio, pero rápidamente todo se desinfla de nuevo debido a la escasez de carcajadas y la saturación de gags. 800 balas decepcionará enormemente a los seguidores de Alex, se encontrarán con un niño que recurre a las provocaciones más oportunistas y ordinarias, cayendo en la más absoluta vulgarización y pobreza de los diálogos. El film sólo será recordado por la solvencia de Sancho Gracia, único personaje que consigue sortear con maestría el límite peligroso de la parodia, pero ni con la ayuda de su buen amigo Clint (el mejor gag de esta obra sin lugar a dudas, junto al del ahorcado), consigue salvar este despropósito de proyecto, inverosímil, repleto de irregularidades y desafortunado.
La Maga
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