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Voto de KlingonCome:
5
Ciencia ficción. Aventuras. Acción. Drama Un grupo de astronautas se encuentran en una estación espacial. Tae Ho es un piloto de la nave 'Spaceship Victory' en la que la Capitana, Park Tigre y el robot son parte de la tripulación.
5 de mayo de 2023
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Cine de aventuras que lo apuesta todo a la acción, el CGI, la camaradería y al sentimentalismo familiar. Los, más que barrenderos, chatarreros espaciales se dedican a recoger, a cambio de dinero, residuos desperdigados por el espacio y que representan un potencial peligro para las naves que lo atraviesan. Hay varios de estos grupos que pugnan entre sí para conseguir un mayor botín, pero la nave Victory se lleva la palma, hasta que recoge un trofeo tan inesperado como peligroso.

Hay numerosos referentes que conforman la imaginería de este refrito surcoreano: la tripulación de la Victory y sus tribulaciones recuerdan tanto a Space Truckers (1996) como a los Guardians of the Galaxy de Marvel; de Starship Troopers (1997) recogen el concepto de ciudadanía para los privilegiados, compartido con Elisyum (2013) y su mundo de ricos por encima de una Tierra devastada; esto último le viene más de Interstellar (2014), y de The Matrix (1999) copiapegan esos corredores por los que las naves transitan a toda velocidad. Es toda una epopeya que, aunque intenta jugar a la ciencia ficción se acerca por en momentos a la fantasía.

Por supuesto, olviden cualquier pretensión científica. En el vacío del espacio pareciera que existe atmósfera, a juzgar por como se mueve todo, y es tan ruidoso como cualquier parque urbano. Las batallas espaciales remiten directamente a Star Wars, algo que casi parece una obligación en productos como este. Aunque también intenta ser una comedia, es la faceta en la que menor acierto veo, no me termina de hacer gracia y el humor es demasiado bobo. Como buen producto de Netflix, hay ensaladas de tiros para aburrir pero apenas hay sangre ni aunque te acribillen a bocajarro. Y como buen producto surcoreano, no puede faltar la carga lacrimógena con niña mediante a ver si nos arranca alguna lagrimita.

El diseño de producción por lo general cumple, con unos decorados y estética general retrofuturista y sucia que siempre prefiero a lo ultra tecnológico. Pero el exceso de CGI también pasa factura y no pocas veces la velocidad de la acción hace que no entendamos un pijo de lo que ocurre. Es, en definitiva, una cinta para toda clase de públicos, en especial para el más joven, que se hace un poco larga, y tiene un villano que peca de demasiado arquetípico y simplón. Se deja ver si uno no se sienta frente a la pantalla con unas expectativas muy altas.
KlingonCome
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