Menudo bluff. Larga como un día sin pan, lenta como los trenes extremeños y reiterativa como un bocadillo de torreznos. Ni siquiera sabe aprovechar el marco de los Alpes suizos para, al menos, deleitar al público con unos exteriores vistosos. Y por ahí va Jason Isaacs repitiendo su papel de mad doctor en The O.A. No, no es un espoiler, la cosa canta desde el principio y cualquier suposición basada en todo el cine de suspense que llevan ustedes visto a lo largo de su vida se va a cumplir. Todo se queda en un telefilm de sobremesa con presupuesto desahogado.