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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
9
Fantástico. Aventuras Cuento medieval con brujas, enanos y poderes mágicos. En las mazmorras del castillo de la hechicera y malvada reina Bavmorda, una prisionera da a luz a una niña que, según una antigua profecía, pondrá fin al reinado de la hechicera. La comadrona intenta salvar a la niña de la ira de Bavmorda, pero, alcanzada por los perros de presa del castillo, no tiene más remedio que arrojar la cuna al río. Gracias a la corriente, la cuna llega a un ... [+]
10 de agosto de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trece años antes de que nos invadiese la afamada saga cinematográfica basada en la novela, El señor de los anillos, del escritor John Ronald Reuel Tolkien, George Lucas inspirándose en los textos de este imaginativo novelista británico -cómo años atrás tal vez ya hiciese al hojear algún ejemplar de “La legión del espacio”- le surgió la idea para una película que el mismo produjo bajo el guión de Bob Dolman y la dirección de Ron Howard. Esta película se llamó “Willow”, y aunque menos fehaciente y menos profunda que las de Peter Jackson, esta fábula con encanto sobre magos, hadas, brujas, sobre embrujos… y enamoramientos, para mí siempre será el sueño de la fantasía, el día en que estornudé con polvos de hadas, el único día que creí en la magia.

“Willow” es una bellísima película donde una hermosa melodía nos arrulla mientras adoramos a dos encantadoras pelirrojas, mientras nos maravillamos con una malvada de categoría, mientras nos sorprendemos con lo expresivo que puede llegar a ser el rostro de un bebé, mientras sentimos transcurrir el relato de un modo raudo, trepidante y desenfadado, mientras nos divertimos con las travesuras de dos diminutos “braunis” (sin relación con los bizcochitos de chocolate de parecida pronunciación), mientras una buena fotografía nos trasmite el esplendor de aquellos preciosos parajes -también neozelandeses- y mientras una secuencia, entre persecuciones, por apoderarse de un carro nos recuerda tanto a otra por el dominio de un camión, sólo que esta vez el bueno no llevaba sombrero, y a que esta vez la inspiración provino de la misma casa.

Recuerdo a un Val Kilmer encantador en el papel de Madmartigan, a una Jean Marsh (los más veteranos la recodaran de la mítica serie “Arriba y abajo”) demoledora y brutal en el papel de la malvada reina Badmorda, a una bellísima Joanne Whalley en el papel de la peleona Sorsha, y a unos actores menudos, que no menores, que le dieron un realismo soberbio al fantástico relato. Pero sobre todo recuerdo a unos preciosos bebés, a unas encantadoras niñas, como las gemelas Ruth y Kate Greenfield, a Rebecca Bearman o Laura Hopkirk, todas en el papel de Elora Dana; a la que nos comeríamos a besos. “Actrices” que fueron dobladas en las escenas de acción por medio de un muñeco animatrónico que apenas distinguirán; así de buena fue su realización.

Por todas estas razones, aunque seguramente la de más peso sea la de la edad con la que por primera vez la vi, “Willow” será la película de fantasía que cautivará por siempre mi corazón.
Plácido Eldel Motocarro
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