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Voto de The Wild Side:
9
Drama Lazzaro, un joven campesino de excepcional bondad, vive en La Inviolata, una aldea que ha permanecido alejada del mundo y es controlada por la marquesa Alfonsina de Luna. Allí, la vida de los campesinos no ha cambiado nunca; son explotados, y ellos, a su vez, abusan de la bondad de Lazzaro. Un verano, se hace amigo de Tancredi, el hijo de la Marquesa. Entre ellos surge una amistad tan preciosa que hará viajar a Lazzaro a través del ... [+]
22 de febrero de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil hallar el significado de la felicidad. Con una potente introspección y catarsis, tal vez pueda llamarse así al fruto de nuestras motivaciones y deseos del pasado. Un pasado al que nos remontamos décadas atrás, sin la rigurosidad de una introspección hipnótica pero tan tangible como un recuerdo, y somos conscientes de la persona en que nos hemos convertido. Con algún esbozo de sonrisa o no (y no quiere decir que seamos felices, aclaro).

Años 70. En una villa italiana, llamada Inviolata, habita un marginal grupo de campesinos bajo la orden de la marquesa Alfonsina de Luna; limitados en libertad, recursos y educación, sin saberse ‘esclavizados’ de manera moderna, viven el día al día de manera austera y complaciente. Ahí es donde habita Lazzaro (Adriano Tardiolo), un adolescente introvertido, simpático, sumiso y bondadoso (quien a su vez también es humillado por sus congéneres), tendra una fugaz pero sustanciosa amistad con el hijo de la marquesa, Tancredi (Luca Chikovani/Tommaso Ragno). Hasta aquí todo parecería una comedia ambientada en una antigua Italia. De pronto, atraído por un potente viento, son evidenciadas todas las injusticias de la marquesa que se trasponen al brinco temporal que transporta al bonachón Lazzaro a la modernidad para hallarse con su antigua familia y amigos quienes lo hacen parecer un ‘santo’. Aquí ocurre lo interesante y se comienza a asumir un sentido con un tono de tragedia y crítica social.

La felicidad de Lazzaro no parece desvanecerse jamás, y es ese esbozo de sonrisa lo que debería perdura décadas. Con la evidente inspiración religiosa, toma estas parábolas o mitos como recurso narrativo y crear un guion balanceado (religioso en cuanto a referencias católicas, pero también animistas por la eterna semblanza del lobo acompañante del viajero temporal). El seco y asolador paisaje de la primera mitad de la película contrasta con los grises citadinos del presente, cada uno preservando una sociedad marginal esclavizada, cual extranjero en la Antigua Grecia como en la referencia a Edipo Re (1967) de Pasolini (esa misma áspera región con la larga caminata del protagonista, incluso el marcado salto temporal), que forma parte de la misma inspiración hacia la creación de crónica de una muerte anunciada (incluso el protagonista Santiago Nasar presta su inocencia a Lazzaro) y su adaptación cinematográfica por Francesco Rosi (1987). La clara referencia del portavoz colombiano del realismo mágico, Gabriel García Márquez, no es en vano y es preciso mencionar también la noche boca arriba de Julio Cortázar, para comprender la estética y la audaz historia (en forma también de homenaje italiano) que nos cuenta Alice Rohrwacher en la eterna búsqueda de la felicidad.
The Wild Side
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