Macabra, visceral, terriblemente salvaje y cruel son algunos de los adjetivos con los que podría describir a este film. No trata de posesiones diabólicas, como el título pudiera sugerir, aunque para cometer semejantes actos, bien pudiera estarlo. Una lección que enseña que la sed de venganza, solo crea más dolor y destrucción. Normalmente, se siente satisfacción por ver como se hace justicia cuando se hace sufrir al culpable, pero no es este el caso, sino cierta compasión por ambos, tanto el vengador como el homicida. Resulta difícil de creer, lo retorcido que puede llegar a ser el hombre, hasta el punto de poder decir, como el jefe de detectives, 'al ver estas cosas, me avergüenza ser un ser humano'.