Una de las producciones que alcanzaron éxito de crítica y público el año pasado, refrendado además con prestigiosos premios fue Relatos Salvajes. Película dividida en episodios que nos presentan la tesis de que la ruptura de nuestro equilibrio emocional trae como consecuencia el desmoronamiento del siempre frágil equilibrio del sistema. Humor más negro que los tuits de Zapata, el intelectual. Y ahora, que acabo de encontrar en esa videoteca virtual que es el interné Celebración, no puedo más que relacionar ambos títulos, porque esta película danesa indaga igualmente en cuáles son las últimas consecuencias de la ruptura de nuestros filtros, indispensables para la correcta marcha de la sociedad, aunque supongan un peso para cada uno de nosotros. Se trata de una película que por lo visto es ópera prima del movimiento dogma, que nos recuerda que el friquismo no entiende de latitudes. Pero más allá de esta etiqueta, considero que los condicionantes técnicos a los que se someten los dogmáticos, confiere a la película un halo de simplicidad que nos hace sentir como voyeurs, testigos ocasionales de lo que acontece en ese hotel danés, que nos recuerda a la mansión del Ángel exterminador. En definitiva, unión de fondo y forma para una muy buena película, inquietante y con menos gracia que en relatos salvajes... Denmark is diferent...