Se cogen una serie de buenos ingredientes, se cocinan de forma elaborada y, cuando ya parece que tienes el plato listo, se mezcla todo en una batidora. Aún a riesgo de que salga mal, se sirve en la mesa. Ese plato se llama "Parásitos".

Diría que esta película "multigenérica" cuenta con 3 fases diferenciadas: la primera mitad, entretenida, donde la plaga empieza a situarse en nuestra mente y a adueñarse de nosotros. Pero bueno, nos hace sentir cómodos; una segunda parte, donde descubrimos que hay más plagas, donde comienzan los conflictos entre ellas. Ya no nos sentimos tan cómodos; y una parte final, donde los límites se sobrepasan, si es que pensábamos que los había. Una auténtica explosión. Hay que exterminar y no nos queda otra opción. No obstante, hay plagas que no pueden erradicarse tan fácilmente...

Cómica, trágica, dramática, extrema. La gran diferencia de clases que, en el fondo, no es tan diferente. Que todos buscamos nuestro propio beneficio no es algo nuevo. Y nunca está de más recordarlo.

El riesgo mereció la pena; el plato quedó exquisito.

Gran película.