Lo primero de todo decir que desconocía la historia de este hombre y me ha sorprendido en gran medida su fuerza de voluntad y la paciencia que debieron tener para escribir aquel libro que da nombre a la película.
Dejando de lado el interés que me producía este hombre, vamos a la película. Una película que dividiría en dos partes diferenciadas. Las primera parte, la que a mí parecer me ha parecido más aburrida, es la parte de su despertar y su encuentro con su nuevo yo, postrado en una cama. Con una cámara subjetiva para acercarnos al personaje, Julian Schnabel logra transmitirnos su recuperación de distinta manera. Pero esa innovación técnica me resulta mareante y los planos desenfocados, sofocantes. Puede que eso pretendiera, pero no me llega a convencer el exceso de esta utilización cinematográfica.
Por otro lado, está la parte de sus recuerdos y de sus viajes imaginarios donde el poderío de dirección y la fotografía logra aportar sentimentalismo a la película.
Además, en el tramo final de la película logra aportar más dramatismo a la historia sin caer en la lágrima fácil y en el sentimentalismo barato. Y en esta parte final, la película gana fuerza en la parte del mundo real.
Muchos han comparado la película con "Mar Adentro" y en cierta medida es un tanto parecida. Pero hay una clara diferencia entre ellas dos. En "Mar Adentro" el protagonismo quería luchar para morir. En esta, el protagonista quiere luchar para vivir y salir de la escafandra en donde está atrapado y conseguir la libertad como la de una mariposa. Y esa vitalidad consigue transmitirla.