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Voto de PADRE FLANAGAN:
6
Bélico. Drama Polonia, septiembre de 1944. Los valientes soldados de un pequeño ejército de la Resistencia se ven forzados a ocultarse en los laberínticos canales de Varsovia tratando de escapar de la ofensiva nazi. (FILMAFFINITY)
6 de marzo de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agobiante, claustrofóbica, demencial. Estos son algunos de los adjetivos que se le pueden dar a la odisea de este pelotón de resistentes que huyen de los alemanes a través de las alcantarillas de Varsovia, una odisea que, como ya nos advierte una voz en off al comienzo de la película, va a acabar trágicamente.

Wajda, en una de sus primeras películas, nos da la medida de la que ya entonces era capaz de hacer. El relato de un descenso (literal) al infierno, del que sólo uno de los protagonistas logrará escapar vivo.

Asombra que en aquella época, 1957, en pleno postestalinismo, se hiciera una película tan trágica, tan triste y desesperanzada. Es verdad que los "malos" son los nazis ( de los que la cinematografía de los países del Este sacó muy buen provecho, incluso más que en Occidente), pero uno, con perspectiva histórica, no puede por menos que sospechar que de alguna manera Wajda quería referirse, de forma más o menos disimulada, a la triste situación política de su país en aquella época, y al asfixiante régimen totalitario que ahogaba toda disidencia.

Para mí está claro que Wajda soportó pero en el fondo nunca comulgó con el sistema político impuesto a su patria durante un larguísimo medio siglo, pese a que bajo él realizó la mayor parte de su filmografía, en la que trató de expresarse dentro de los límites marcados por la censura. Seguramente fue (o es) hombre de izquierdas (como parece confirmar su apoteósica epopeya LA TIERRA DE LA GRAN PROMESA), pero dudo mucho que fuese alguna vez comunista (creo que nunca he visto una denuncia antisoviética tan contundente como KATYN, su más reciente película).

Narrativa y dramáticamente KANAL no tiene desperdicio; la tensión envuelve al espectador desde el primer momento, y no hace sino aumentar, cada vez más agobiante, hasta el triste y desesperanzador desenlace.

Y sin embargo, no soy capaz de darle más que un 6. Ésto es porque, quizás por falta de presupuesto (pero me temo que por ausencia de una dirección artística competente) el entorno no es nada convincente: las ruinas que envuelven a los protagonistas son las de un simple barrio derruido y abandonado, no las de una ciudad destruída por la guerra (para nada nos creemos que estamos en la Varsovia cercada por los alemanes en 1944); los "tanques" que aparecen son de risa, parecen armazones de madera y cartón que en casi nada se parecen a un carro de combate de la época; y los pocos soldados alemanes que aparecen (un acierto en todo caso, el de un enemigo que casi no se ve) llevan equipo y uniformes irreconocibles.

Es una pena, porque nos encontramos en un típico caso en los que un atrezzo insuficiente arruína, al menos en parte, un sólido drama bélico, por lo demás impecablemente conseguido.

Pero Wajda no había hecho más que empezar, y tenía que dar aún mucha más guerra...
PADRE FLANAGAN
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