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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Terror. Ciencia ficción ¿Qué pasaría si un niño de otro mundo aterrizara de emergencia en la Tierra, pero en lugar de convertirse en un héroe para la humanidad fuera algo mucho más siniestro? (FILMAFFINITY)
5 de abril de 2021
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tonta fiebre superheroica que viene aquejando al cine comercial desde hace ya dos décadas y que, de hecho, se ha agravado de modo preocupante en el último lustro, pródigo en “leggins” y anabolizantes, tiene una contrapartida positiva y nihilista —valga el oxímoron— en un puñado de cineastas que se han atrevido a dar la vuelta —o, al menos, intentarlo— al (ultra) conservador arquetipo. Es el caso de M. Night Shyamalan con “El protegido” (“Unbreakable”, 2000) y sus dos ecos tardíos, “Múltiple” (“Split”, 2016) y “Glass” (ídem, 2019); Christopher Nolan y su trilogía del “Caballero oscuro”; y Zach Snyder con “Watchmen” (ídem, 2009).
En dicha, encomiable tendencia cabe incardinar “El hijo”, joyita “destroyer” a cargo de un desconocido David Yarovesky que, con inopinada falta de complejos, se lleva la archifamosa génesis del “Hombre de acero” a los sugestivos predios de un terror en la línea de clásicos de la talla de “El pueblo de los malditos” (“Village of the Damned”, 1960) y, sobre todo, “La profecía” (“The Omen”, 1976). Un híbrido divertidísimo, preñado de humor negro y con los efectos especiales justos —y muy bien ejecutados—. Yarovesky manifiesta, además, un sabio manejo del tempo narrativo, recreándose en un “crescendo” indesmayable y malsano que culmina en un desenlace salvaje y sin concesiones a las asustadizas audiencias de nuestros días.
A la progresiva inquietud provocada por esta película contribuye sobremanera el encargado de interpretar al niño protagonista, un Jackson A. Dunn cuyas gélidas trazas nos remiten a la mezcla imposible entre un habitual del género como Christopher Walken —la verdad, me cuesta imaginar que alguien tan enfermizamente cronembergiano pueda siquiera haber tenido infancia— y Finn Wolfhard, el encantador Mike Wheeler de la celebérrima —y amanerada— “Stranger Things” (ídem, 2016-Actualidad). No me extraña que Elizabeth Banks y un tiarrón de las dimensiones de David Denman vivan en un ay. Durante hora y media yo también los he tenido de corbata.
Carorpar
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