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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Drama Francia siglo XVIII. El Marqués de Sade pasa los diez últimos años de su vida en el asilo Charenton. Allí entabla amistad con el abate Coulmier, con el que comparte el afecto de Madeleine, la lavandera del asilo. Cuando Napoleón envía a un médico para que cure su presunta locura, el temperamento rebelde del marqués se agudiza todavía más. Obtuvo tres nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor actor (Geoffrey Rush). (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2022
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Philip Kaufman hace honor a su condición de artesano todoterreno y esforzado con una cinta de época, pictoricista y rococó, que se deja ver con sumo agrado.
A diferencia de otras películas de ambientación similar, caso de «Barry Lyndon» (ídem, 1975) o, más recientemente, «La favorita» («The Favourite», 2018), Kaufman y su director de fotografía, Rogier Stoffers, optan por una iluminación convencional, de lo que se resiente un tanto la estética del film, cuyas imágenes vienen envueltas, encima, con una especie de «sfumatto» muy del gusto de los primeros 2000 y que hoy se antoja ciertamente cuestionable.
El guion ha envejecido mejor, pese a ese giro argumental postrero asimismo muy de la época, con algunos diálogos chispeantes y situaciones francamente divertidas que se benefician sobremanera del trabajo de un reparto de campanillas, sin duda lo mejor de «Quills». Tal como acostumbra, Geoffrey Rush bordea peligrosamente el abismo de la caricatura para acabar entregando un personaje antológico. A su marqués de Sade le levantaría el Oscar otro australiano, Russell Crowe, en una de esas decisiones de la Academia que pocos alcanzamos a explicarnos.
Cómplice de sus «travesuras» es una Kate Winslet en el cénit de su popularidad tras el arrollador éxito de crítica, público y carpetas adolescentes que había supuesto «Titanic» (ídem, 1997). Y tratando de poner coto a dichas «pillerías» encontramos al gran Michael Caine, en un papel particularmente ingrato, prueba del inmenso talento que atesora.
Al lado de estos tres, Joaquin Phoenix palidece por culpa del abate Coulmier que le cae en suerte, en exceso bienintencionado. Que ese mismo año compusiera a otro «hombre sin moral» —palabras de su padre en la ficción, Richard Harris en el rol del emperador Marco Aurelio—, el túrbido Cómodo de «Gladiator» (ídem, 2000), no hace sino agravar el contraste.
Carorpar
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