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Voto de Maldita Fiera:
10
2007
Matthew Weiner (Creador), Phil Abraham ...
7,9
34 327
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2007-2015). 7 temporadas. 92 episodios. Aclamada serie dramática que narra los comienzos de una de las más prestigiosas agencias de publicidad de los años sesenta, y centrada en uno de los más misteriosos ejecutivos de la firma, Donald Draper, un hombre con un gran talento. "Mad Men" es la mirada a los hombres que dieron forma a las esperanzas y sueños diarios de los americanos de la época. En 1960 la publicidad era ... [+]
10 de octubre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Treinta y nueve días después de la desaparición de Tony Soprano en “Made in America”, sino física al menos televisivamente, nace otro personaje, por fuera de cualquier ética, desbordante de carisma que iría a seducir y conquistar nuevamente a parte de la masa en la llamada era dorada de la televisión. Su nombre es Don Draper.
Terminada una de las mejores series de la historia, The Sopranos, precursora de esta era, que sentaba nuevos estándares en la pequeña pantalla, marcando algunos cánones cinéfilos a un ambiente empobrecido como era la televisión, se complejizan las tramas y mejores guiones permiten mejores direcciones, actuaciones, direcciones de fotografía y de arte, por lo tanto mejores productos. Así poco más de un mes después de terminada esta serie, Matthew Weiner, después de mil batallas con distintos estudios y jerarcas de la televisión, gana su lugar en la cadena AMC y así comienza un nuevo mito: Mad Men.
Pero mientras en el cine afloran los superhéroes, en la televisión lo hicieron en mayor medida los antihéroes, como Tony Soprano o Walter White. Pero Donald Draper escapa a estas dos categorizaciones, es un simple mortal, que se fue transformando a sí mismo más como pudo que como quiso, también convengamos que es producto de los tiempos en los que está basada la serie, los 60, una década completa de cambios radicales, el ascenso de Kennedy y su asesinato, la crisis de los misiles, la carrera espacial, la lucha por los derechos civiles, el asesinato de Martin Luther King y Malcom X, la guerra fría y la de Vietnam, el movimiento hippie, la beatlemanía y sobre todo, los movimientos de liberación de la mujer.
Cuando comienza la serie, las mujeres son personajes secundarios, simples mujeres objetos que sirven como amantes del protagonista, como esposa sumisa o como secretaria, pero a medida que los capítulos se van sucediendo vemos como varias de esas mujeres toman sus propias decisiones, cometen sus propios errores, pero sobre todo se van ganando un lugar dentro de ese mundo machista, que en el caso de esta serie es el mundo de la publicidad.
Mad men es un término que usaban en los años 50 para referirse a sí mismos los publicistas que trabajaban en Madison Avenue, pues con semejantes niveles de alcohol en sangre no es de extrañar que estuvieran un tanto locos, cuando toman el auto para volver a sus casas parece más probable que cometan un homicidio o que se estrellen contra un árbol a que lleguen a tiempo para la cena. El alcohol es tan protagonista en la serie que Jon Hamm asume la misma dependencia al alcohol que su propio personaje, por lo que vemos en pantalla la actuación le demanda toda su energía.
El personaje de Don Draper se basa en una unión de varios publicistas reales, tiene varias características de Draper Daniels, director creativo de la agencia Leo Burnett en Chicago en la década de 1950, quien fue el creador de la campaña Marlboro Man o de la figura controvertida del director de arte George Lois, conocido mayormente por las 92 portadas que realizó para la revista Esquire, como así también reconocen algunos logros realizados por Rosser Reeves, publicista de la agencia fundada por Ted Bates. Así podemos hacernos una idea bastante cercana a la realidad de cómo era la publicidad durante aquellos tiempos.
Es una serie sobre una agencia de publicidad, pero a pesar de ser un mundo desconocido para muchos televidentes, el drama de AMC se abre para todo tipo de espectador. Para adentrarse a lo que es la publicidad tan solo hace falta ver la escena con el diálogo de Don Draper con los directivos de Lucky Strike en el primer episodio: “Smoke gets in your eyes”, en una de las más famosas escenas de la serie donde da a conocer el slogan “It’s Toasted” para la marca tabacalera.
Para entender lo básico de la psicología del personaje tan solo hace falta treinta y siete segundos, más o menos el mismo tiempo que dura cualquiera de los spot televisivos creados por Don, eso es lo que dura la secuencia de títulos que sirve como presentación de la serie. En los años 50 sobre todo, se comenzó a dar importancia a estas secuencias iniciales como para dar a entender el alma de la obra en pocos fotogramas y compases musicales, así secuencias creadas por Saul Bass o Maurice Binder están entre los mejores ejemplos de ello, hoy en día las mejores secuencias definitivamente se encuentran en la televisión.
En el comienzo de la película francesa “La haine”, una voz en off nos introduce en la trama de la siguiente manera: “Es la historia de un hombre que cae de un edificio de 50 pisos. Para tranquilizarse mientras cae al vacio, no para de decirse: hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien… pero lo importante no es la caída, es el aterrizaje”. La secuencia inicial de Mad Men muestra esto mismo, vemos la silueta de Don caer desde lo alto de un edificio y vemos como va dejando atrás lo que podrían ser sus obras durante su vida publicitaria hasta caer a un cómodo sofá. Al ver la serie descubrimos que la vida del protagonista es circular, se hunde en su depresión y alcoholismo, abandona su trabajo y en algún momento vuelve a levantarse renovado con nuevas ideas para la agencia.
(Continua sin spoilers)
Terminada una de las mejores series de la historia, The Sopranos, precursora de esta era, que sentaba nuevos estándares en la pequeña pantalla, marcando algunos cánones cinéfilos a un ambiente empobrecido como era la televisión, se complejizan las tramas y mejores guiones permiten mejores direcciones, actuaciones, direcciones de fotografía y de arte, por lo tanto mejores productos. Así poco más de un mes después de terminada esta serie, Matthew Weiner, después de mil batallas con distintos estudios y jerarcas de la televisión, gana su lugar en la cadena AMC y así comienza un nuevo mito: Mad Men.
Pero mientras en el cine afloran los superhéroes, en la televisión lo hicieron en mayor medida los antihéroes, como Tony Soprano o Walter White. Pero Donald Draper escapa a estas dos categorizaciones, es un simple mortal, que se fue transformando a sí mismo más como pudo que como quiso, también convengamos que es producto de los tiempos en los que está basada la serie, los 60, una década completa de cambios radicales, el ascenso de Kennedy y su asesinato, la crisis de los misiles, la carrera espacial, la lucha por los derechos civiles, el asesinato de Martin Luther King y Malcom X, la guerra fría y la de Vietnam, el movimiento hippie, la beatlemanía y sobre todo, los movimientos de liberación de la mujer.
Cuando comienza la serie, las mujeres son personajes secundarios, simples mujeres objetos que sirven como amantes del protagonista, como esposa sumisa o como secretaria, pero a medida que los capítulos se van sucediendo vemos como varias de esas mujeres toman sus propias decisiones, cometen sus propios errores, pero sobre todo se van ganando un lugar dentro de ese mundo machista, que en el caso de esta serie es el mundo de la publicidad.
Mad men es un término que usaban en los años 50 para referirse a sí mismos los publicistas que trabajaban en Madison Avenue, pues con semejantes niveles de alcohol en sangre no es de extrañar que estuvieran un tanto locos, cuando toman el auto para volver a sus casas parece más probable que cometan un homicidio o que se estrellen contra un árbol a que lleguen a tiempo para la cena. El alcohol es tan protagonista en la serie que Jon Hamm asume la misma dependencia al alcohol que su propio personaje, por lo que vemos en pantalla la actuación le demanda toda su energía.
El personaje de Don Draper se basa en una unión de varios publicistas reales, tiene varias características de Draper Daniels, director creativo de la agencia Leo Burnett en Chicago en la década de 1950, quien fue el creador de la campaña Marlboro Man o de la figura controvertida del director de arte George Lois, conocido mayormente por las 92 portadas que realizó para la revista Esquire, como así también reconocen algunos logros realizados por Rosser Reeves, publicista de la agencia fundada por Ted Bates. Así podemos hacernos una idea bastante cercana a la realidad de cómo era la publicidad durante aquellos tiempos.
Es una serie sobre una agencia de publicidad, pero a pesar de ser un mundo desconocido para muchos televidentes, el drama de AMC se abre para todo tipo de espectador. Para adentrarse a lo que es la publicidad tan solo hace falta ver la escena con el diálogo de Don Draper con los directivos de Lucky Strike en el primer episodio: “Smoke gets in your eyes”, en una de las más famosas escenas de la serie donde da a conocer el slogan “It’s Toasted” para la marca tabacalera.
Para entender lo básico de la psicología del personaje tan solo hace falta treinta y siete segundos, más o menos el mismo tiempo que dura cualquiera de los spot televisivos creados por Don, eso es lo que dura la secuencia de títulos que sirve como presentación de la serie. En los años 50 sobre todo, se comenzó a dar importancia a estas secuencias iniciales como para dar a entender el alma de la obra en pocos fotogramas y compases musicales, así secuencias creadas por Saul Bass o Maurice Binder están entre los mejores ejemplos de ello, hoy en día las mejores secuencias definitivamente se encuentran en la televisión.
En el comienzo de la película francesa “La haine”, una voz en off nos introduce en la trama de la siguiente manera: “Es la historia de un hombre que cae de un edificio de 50 pisos. Para tranquilizarse mientras cae al vacio, no para de decirse: hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien… pero lo importante no es la caída, es el aterrizaje”. La secuencia inicial de Mad Men muestra esto mismo, vemos la silueta de Don caer desde lo alto de un edificio y vemos como va dejando atrás lo que podrían ser sus obras durante su vida publicitaria hasta caer a un cómodo sofá. Al ver la serie descubrimos que la vida del protagonista es circular, se hunde en su depresión y alcoholismo, abandona su trabajo y en algún momento vuelve a levantarse renovado con nuevas ideas para la agencia.
(Continua sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Don es un hombre egocéntrico, alcohólico, adicto al trabajo, machista, obsesionado por las mujeres, arrogante, ambicioso, pensemos que la corrección política no había llegado a la vida social norteamericana, sin embargo todo eso se cobija bajo su talento innato para lo que mejor hace. Don es una mentira, incluso su nombre fue robado y su vida gira entre sus crisis de identidad y su búsqueda de crearse otra personalidad, pero muchas veces la publicidad puede terminar siendo eso, hablar sobre un producto que quiere ser algo más de lo que es. Es un hombre admirado por sus colegas, deseado por las mujeres e idolatrado por los clientes, varios de los cuales se suman a la agencia solamente por el placer de poder acercarse a él. Mad Men en este sentido nos desnuda estrictamente el ‹american life style›, donde el consumo reina, el éxito es la única ambición y fuente de felicidad y el desencanto comienza a notarse.
“La publicidad se basa en una cosa: la felicidad. ¿Saben lo que significa la felicidad? Felicidad es el aroma de un auto nuevo. Es no sentir temor. Es un cartel en el camino que, a gritos, nos asegura que lo que estás haciendo lo estás haciendo bien”, le asegura Don Draper nuevamente a los directivos de Lucky Strike. Y este concepto al inicio de la serie irónicamente vuelve en todo su esplendor para cerrar la serie en “Person to person”, después de mil amarguras y en las que parecería que en una de esas caídas desde la secuencia de inicio sería imposible para el personaje volver a levantarse, sin embargo al dejar aflorar su dolor y permitirse entre otras cosas el llorar es que lo vemos volver a levantarse por milésima vez. Es necesario hacer las paces con Dick Whitman, su anterior ‹yo›.
Sin entrar en demasiados spoilers cabe destacar el fin de la serie, manejando perfectamente la ironía que ha tenido la serie en casi todos sus episodios, culminando sin traicionarse en su discurso, los últimos segundos son una contracara de la secuencia de presentación, así cerramos perfectamente un círculo, para abrir otros, quizás, aunque no los veamos. Tanto es así que parece que ese final completara perfectamente aquella frase que dijera Don en el primer episodio de la serie: “Lo que llamas amor fue inventado por tipos como yo para vender medias”, por lo tanto la serie completa pareciera decirnos que la felicidad es lo que inventaron los publicistas para vender la bebida más famosa del mundo.
“La publicidad se basa en una cosa: la felicidad. ¿Saben lo que significa la felicidad? Felicidad es el aroma de un auto nuevo. Es no sentir temor. Es un cartel en el camino que, a gritos, nos asegura que lo que estás haciendo lo estás haciendo bien”, le asegura Don Draper nuevamente a los directivos de Lucky Strike. Y este concepto al inicio de la serie irónicamente vuelve en todo su esplendor para cerrar la serie en “Person to person”, después de mil amarguras y en las que parecería que en una de esas caídas desde la secuencia de inicio sería imposible para el personaje volver a levantarse, sin embargo al dejar aflorar su dolor y permitirse entre otras cosas el llorar es que lo vemos volver a levantarse por milésima vez. Es necesario hacer las paces con Dick Whitman, su anterior ‹yo›.
Sin entrar en demasiados spoilers cabe destacar el fin de la serie, manejando perfectamente la ironía que ha tenido la serie en casi todos sus episodios, culminando sin traicionarse en su discurso, los últimos segundos son una contracara de la secuencia de presentación, así cerramos perfectamente un círculo, para abrir otros, quizás, aunque no los veamos. Tanto es así que parece que ese final completara perfectamente aquella frase que dijera Don en el primer episodio de la serie: “Lo que llamas amor fue inventado por tipos como yo para vender medias”, por lo tanto la serie completa pareciera decirnos que la felicidad es lo que inventaron los publicistas para vender la bebida más famosa del mundo.