¡¡Vacas, nada más y nada menos que vacas!!

Pensaba que lo había visto todo en materia de terror, que con las ovejas asesinas ya había llegado al límite, pero no, Billy O´brien ha dado un paso más allá y ha convertido tiernas vaquitas lecheras en mutantes asesinos que amenazan con invadir la campiña irlandesa...

En este tipo de películas más que el argumento (que está comprobado que puede ser lo absurdo que se quiera) lo importante es el ritmo, como sabes que no vas a ver una obra maestra sólo esperas pasar un buen rato con el bol de palomitas en el sofá, pero si una película de este tipo se hace lenta y pesada, la hemos liado.

No se puede utilizar como único elemento para causar temor, una penumbra agobiante, una luz agónica falsa para evitar tener que trabajar más en otro tipo de detalles.

Sin duda el momento más agobiante y espeluznante de la película fue el del parto, pero eso es por temores propios, no por que alguien se haya currado el tema de los efectos.

Batante floja y aburrida.