Como buen fanático del cine de terror, en los últimos años me he sentido un tanto insultado por las basuras mediocres que se han estado haciendo. Sobre todo, las eternas secuelas de viejos clásicos como Halloween, Pesadilla en la calle Elm... o Viernes 13. Parece que los productores y nuevos directores de Hollywood no se han dado cuenta de la sobreexplotación a la que han sometido a estos entrañables asesinos, convirtiéndolos en prostitutas cinematográficas a las que usan una y otra y otra y otra y otra y otra vez, por toda la eternidad, sacando nuevos fracasos infumables por lo ridículos (como la película que nos convoca hoy) y por lo totalmente faltos de contenido.

Bien, veamos esto: Jason transportado más de cuatrocientos años en el futuro, masacrando adolescentes en una nave espacial... Brillante, simplemente, brillante. ¡Un aplauso para el guionista! Esta película es, sin duda, la apoteosis de la sobreexplotación prostibularia de los asesinos en serie del cine. Es más que una explotación, es una humillación, una gigantesca burla, tanto hacia el personaje, por el que no se tiene ningún respeto, como hacia los espectadores y los fanáticos del género.

Después, los críticos dicen que el género de terror (como el de ciencia ficción y de fantasía) es para retardados. No me gusta que digan eso, pero viendo estas últimas producciones, les empiezo a dar la razón.