Criticadísima hasta la saciedad por su violencia explícita, que seamos justos, no es tal, nos llega la última genialidad del prolífico Winterbottom, en este caso adaptando una novela negra con una delicadeza mucho más sutil de lo esperable protagonizada por un psicópata de manual de psiquiatría.
Lo mejor con diferencia son las estupendas interpretaciones de los tres protagonistas, absolutamente maravillosos explicando algo tan difícil de entender como los lazos que unen a sádico y masoquista.
La brutalidad con la que el director nos muestra alguna de las escenas contrasta con la delicadeza de otras tantas de una belleza asombrosa en un desarrollo para nada lineal y más que bien estructurado.
Lo mejor: En el spoiler.
Lo peor: La crítica pazguata que se asombra a estas alturas de un recurso narrativo más que trillado.