Si tuviese que definir en dos palabras refulgentes y mayúsculas este fantástico western serían sin duda: Hailee Steinfeld. Si bien la película es de lo más entretenida, rociada de los típicos tópicos que uno desea encontrar en un western memorable: tipos rudos, feos, canallas, tiros, duelos, combates desiguales, páramos desérticos donde se erigen cuatro casuchas de madera, toda la película la engulle como un agujero negro la fabulosa niña prodigio Hailee Steifeld, un "monstruo" de la interpretación que devora sin titubeos cualquier conato de destello que provenga de sus "partenaires", ya consagrados y celebérrimos, Jeff Bridges y Matt Damon. Fantástica historia de vaqueros con el regalo que nos dona la bella, dicharachera y resuelta Hailee Steinfeld