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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de darth_matu:
7
Drama Norte de Italia, siglo XVII. En un monasterio, una monja acusada de brujería seduce a un joven confesor quien se niega a ceder a la ardiente tentación. Una lucha de deseos, ilusiones y mentiras que se arrastrarán de forma inesperada hasta la actualidad. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2016
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre un harén de oscuridad, prohibiciones, oscurantismo, claustros, vampiros, corruptos, chimenteros, voyeristas y coros que se reproducen como angelicales pero están más cerca de lo infernal, Bellocchio obtiene esperanza e impone el triunfo de la carne, del deseo, de la sexualidad y la belleza natural por sobre la inmaterialidad religiosa y su ubicación absurda del sentido de la vida en el más allá.

Bellocchio es un viejo piola. De los que están cerca de ese más allá, pero se aferran al más acá. A la belleza inconmensurable del cuerpo desnudo de una mujer, del sexo, de los vicios, de la ruptura de las reglas. Y sus historias y personajes hacen honor a eso. Aun parcialmente, aun como oasis en vidas de autocontrol y sumisión, aun con represiones casi eternas a cuestas, sus creaciones siempre encuentran un momento de liberación, de humanidad, de sinceridad con el deseo, con el ciclo budista que promueve el mandato de "siendo quien seas llegaras tarde o temprano a lo eterno".

Su "mona lisa" alcanza la eternidad antes que otros. Incluso antes que el vampiro, quien parece tener el tiempo a su servicio, lo mismo que las voluntades de los funcionarios y el dominio de sus feudos y siervos, aun en el siglo XXI. Porque no mucho ha cambiado en 500 años. Porque pese a la elipsis y las variaciones de la moda y la tecnología al servicio del hombre, todo se parece demasiado. El poder siempre pasa por las mismas manos y los mismos centros albergan la corrupción, el dominio, el control sistemático y lo antinatural.

De eso trata el film. Lo esquematizado y artificial en un esfuerzo colosal por controlar lo esencial del ser humano. Como una represa conteniendo miles de millones de litros de agua. Como una pared encerrando a una mujer que no entiende de jaulas ni de vejaciones. Tarde o temprano los muros caerán y aquello que es “per se” se impondrá. Y cuando todos los sacerdotes, obispos, iglesias, prisiones, funcionarios, mecanismos de dominio y castigo y gobiernos declinen, la naturaleza emergerá de entre las sombras, intacta, pura, luminosa, avasallante, como si nada de todo lo que se intentó por coartarla hubiese podido tener efecto sobre su eterna existencia.

Carne de mi carne. Sangre de mi sangre. Y no más teorías para explicar la vida.
darth_matu
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