No es bueno ir a ver una película con muchas expectativas porque si no las cumple, aunque pueda estar bien, sales decepcionado... pero si se cumplen poco más se puede pedir.
Aquí se cumplen con una trama que empieza suavemente y va cogiendo un ritmo frenético, al que le salen bifurcaciones que te descolocan hasta llegar a un auténtico climax.
Casi perfecta -porque la perfección pocas veces se alcanza- combinación de situaciones divertidas y duras, de risa y tragedia, mostrando los mundos de cada mundo.
Nuevo ejemplo -como en películas tan distintas como Lady Macbeth y La Favorita- de cómo los de abajo tienen que ser malvados para sobrevivir frente a la maldad suave, sistemática, inadvertida de los de arriba.
Una película original, hecha a sabiendas y con pleno en todos sus resultados. Lo mejor que te puede pasar cuando vas al cine.