Babel al ser la última película de la trilogía de la muerte del director Alejandro González Iñárritu cumple totalmente con las expectativas manteniendo su concepto de entrelazar historias, desde mi punto de vista este es uno de los aspectos más fascinantes, poder comprender como estas historias totalmente diferentes logran conectarse a través de la tragedia, del dolor y por supuesto del amor humano; es impresionante la forma como logra trasmitir fuertes emociones más allá de la pantalla, impactando directamente al espectador. Por otro lado, un aspecto que me “voló la cabeza” es como estas historias se vinculan perfectamente, sin importar que se desarrollan en lugares y culturas diferentes, es admirable la capacidad de creación de este director y la calidad con la que logra unir cada uno de los eventos.

Como lo mencionaba anteriormente, este filme trasciende las fronteras por su contenido que refleja la diversidad cultural y que, sin importar ciertas limitaciones de lenguaje y comunicación, sentimientos como el dolor, el consuelo y el amor de familia siempre serán el lenguaje universal, capaz de entender al personaje, la situación por la que está pasando y profundizando en su cruda realidad.

Debo confesar que la trilogía de la muerte, al presentar un contenido emocional bastante fuerte, capto mi atención por completo ya que, además de ser un medio de entretenimiento, incentiva a una reflexión sobre diferentes problemáticas sociales como la violencia, la pobreza, la soledad, situaciones nostálgicas y llenas de sentimiento que muestran como la vida te puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.