Creo que vale la pena ver esta película, sobretodo por la estupenda interpretación de Denzel Washington y por el tema de un problema que afecta a tanta gente y que parece no tener fin: El alcoholismo. Todo lo que se diga sobre este problema queda corto y los que hemos tenido la desgracia de sufrirlo en un familiar, amigo o un ser querido me entenderán. Si añadimos que el protagonista del film padece esta dolencia y además és piloto de avión, podemos hacernos cargo del grave problema que se plantea y que además se puede hacer extensible a cualquier situación y profesion.

La película está bien realizada a pesar de caer en algún tópico pero mantiene el interés y además la secuencia de los primeros minutos del film, crea un climax de angustia realmente logrado y muy bien conseguido.