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España España · la mia
Voto de osferal:
8
Drama El mundo es un lugar misterioso, sobre todo visto a través de los ojos de un animal. En su camino, EO, un asno gris de ojos melancólicos, se topa con buena gente y otra no tan buena, conoce la alegría y la pena, y la rueda de la fortuna transforma, según el momento, su buena suerte en desastre, y su desdicha en felicidad inesperada. Pero nunca, en ningún momento, perderá la inocencia. (FILMAFFINITY)
10 de marzo de 2023
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros, cual dos escarabajos de cristal negro.” . Con estas líneas comenzaría Juan Ramón Jiménez su célebre narrativa “Platero y yo” en la que el autor iría describiendo y explicando a su fiel amigo el mundo que les rodea.

Jerzy Skolimowski, director polaco de dilatada trayectoria al que no tenía el gusto y del que desconozco si alguna vez ha leído a Jiménez (o tan siquiera sepa de su existencia), que, por otra parte, a tenor de los primeros planos de EO lo pareciera, hace algo sustancialmente parecido y nos muestra su visión del mundo, pero con el matiz de que lo hace a través de la limpia mirada del pequeño y peludo EO, y no al revés. Habitualmente, por no decir que casi en la totalidad de los casos, cuando se realizan películas en las que los protagonistas son animales de cuatro patas, se tiende a la infantilización tanto en la forma como en el fondo del relato, así como en su puesta en escena. No es este el caso. Más que una fábula, ya que en ningún momento se pretende degradar al animal al nivel del humano, sino todo lo contrario, se trataría de una sucesión de capítulos, pequeños pasajes en los que se va dando el mensaje pretendido de una forma bien clara, precisa, sin ambages, con un seco final. Cierre que por cierto no todo el mundo es capaz de interpretar adecuadamente (comprobado empíricamente).

En el aspecto técnico que roza en ocasiones el cine experimental (con 84 años, ojo al dato) sin que se haga por concesión al capricho, con una apabullante fotografía donde la banda sonora se integra como un recurso narrativo más, deja un muy buen regusto. En muy contadas ocasiones y siempre desde una opinión muy personal, se muestre un tanto irregular. Contada como se cuenta el buen cine, dándole sentido al relato prácticamente con el uso exclusivo de la imagen, amén de lo comentado de su banda sonora, se podría relegar el diálogo a un segundo o tercer plano. Desde que el cine es cine la cámara se ha sustentado con la utilización del clásico trípode y pasando por distintos ingenios, el sistema ha ido evolucionando hasta las más modernas steadicam, lo que ya no ha sido tan común durante todo este periplo es que el ojo subjetivo de la cámara se haya sustentado, metafóricamente o no, en un soporte "cuadrúpede" ;-).

EO mas que un viaje es una fuga existencial para volver a beber de las mieles de la sublimación de las que un día ya se disfrutaron, por las que tendrá que pagar un alto precio. En definitiva, la incesante búsqueda pulsante del artista.

Obra necesaria que si del que suscribe dependiera sería de obligado visionado en cada aula de cada colegio, como así debiera serlo también la lectura de Platero, para que quedase meridianamente claro que las adjetivadas como bestias son solo aquellas que hacen bestialidades, colaboran o las permiten.
Esta película incomoda y mucho si no careces de una mínima sensibilidad, y que puede llegar a incomodar aún más si careces de la misma, ya que entonces podrías (probable y no imposible) caer en la cuenta de que nunca has dejado de pertenecer al grupo de las anteriormente adjetivadas.

Un saludo,
osferal
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