Gran intriga alejada de tópicos que consigue sorprenderte hasta el mismo final. Entre la comedia y la denuncia social. Entre la intriga y el costumbrismo. Es difícil clasificar esta película. Pero entretiene tanto como lo que te hace pensar (si pones de tu parte, claro).

Guión, muy bueno. Original, sorprendente y con tantas sorpresas que engancha. Pero aparte de la comedia y de la intriga hay un poso social claro y ácido: las enormes desigualdades sociales en Corea. Debido a su agresiva política neoliberal el sistema convierte en parias a muchos. Y otros aspectos reflejados en el guión: la envidia de los perdedores hacia los que triunfaron (aunque eso pasa en todo el mundo) y la picaresca (¿o es la desesperación?) para exprimir dinero al que lo tiene.
Golpes de humor simpáticos y muy ácidos. Llenos de crítica y duros. Da igual si es hacia los vagos y caraduras o hacia un sistema inhumano que sólo busca explotar y preparar máquinas de competir ya desde niños.

Dirección, muy buena. Ritmo y muchos enfoques: el de comedia costumbrista, el de crítica social, el de intriga, el de drama, ¡incluso el del terror! Todo eso en una única película en la que se pasa con elegancia y fluidez desde uno de dichos enfoques a otro.

Buena fotografía, aunque no sea su punto fuerte. Hay unas cuantas escenas muy buenas: La de la joven sentada sobre el wc fumando mientras las lluvias provocan que salgan las aguas fecales es tan desagradable como buena.

Actores, muy buenos. Muy convincentes, especialmente la pareja de "intrusos". El padre aún mejor que ella.

Para disfrutarla más hay que verla, además de como intriga-comedia, como una descripción social de Corea.