La película comienza muy fuerte. Es más, uno tiene la sensación de estar viendo una producción de Hollywood, más que una película de robos española. Una película que te engancha nada más empezar de una forma que uno piensa "esto va a ser una buena película". Pero cuando lleva apenas media hora de historia, uno va descubriendo que va fallando algo, y toda la trama se empieza a diluir como la lluvia que cae constante durante todo el tiempo que dura el film.
Daniel Calparsoro es el encargado de dirigir este film del que se espera mucho más de lo que en realidad es. El director de "Asfalto" o "Guerreros" se introduce en el mundo del robo pero con un trasfondo político, que sinceramente huele mucho al aplauso fácil; ya que resulta bastante populista para el momento en que se está viviendo en el país en lo que se refiere a corrupción.
Visualmente la película funciona bien. Aunque prácticamente todo se desarrolla en un mismo espacio, el tratamiento de la luz está muy cuidado, y hace que uno sienta un poco la opresión de no poder salir de un lugar y la angustia de los rehenes.
No obstante, decir que aunque el guion empiece con fuerza; tiene cosas que no se sostienen mucho y otras que parecen que no se entienden muy bien. No sé, el comportamiento de algunos personajes es un poco extraño y nunca se aclara. Por no hablar de que algunas situaciones se resuelven de un modo que no son muy creíbles y chirrían. Además, añadir que creo que los personajes uruguayos utilizan demasiado la expresión "la concha de tu madre". Me parece una frase que es una coletilla tanto para los uruguayos como para los argentinos, pero ¿es necesario que se diga cada minuto? No me creo que la usen tanto, y la verdad es que en esta película la pueden decir más de 150 veces. Es más, podría haberse llamado así la película.
Con respecto a las actuaciones indicar que no es tan mal. No son para destacar mucho (salvo la de Raúl Arévalo). Todos ellos realizan un trabajo bueno pero para nada brillante.
En fin, "Cien años de perdón" es un film español que va con aires de Hollywood, y dichos aires funcionan muy bien al principio. Pero luego todo se pierde en una dirección que no convence, y uno empieza a perder el interés en el robo y en los motivos por los que se hace.