Ahora mismo no somos conscientes de la obra maestra que acabamos de ver. Ya se comenzará a levantar grupos en contra de esta fantástica pelícuala. Otros a favor. Y esto llevará a realzar y desmenuzar imagen a imagen toda la carga que contiene esta película.
Alguien puede recordar cuantos años hace que el cine olvida la poca importancia del diálogo para contar una historia y se basa en la verdadera esencia del cine que es la imagen. Eso es Wall-e, una película de la era del sonoro pero sin el abuso de él. Apenas diálogos, una perfecta presentación de personajes, una imagen y animación impecable, un mensaje y crítica a lo sociedad agudísima, dentro de un género que se suele enfocar a los niños desde esta industria. Con muchísimos contenidos simbólicos, desde el nombre de la robot impoluta, hasta la forma y el lugar del transporte de la vida natural.

No me considero un crítico, ni tampoco un buen escritor. Pero expreso lo que siento cunado salgo del cine realmente conmovido, como me sucedió esta vez. Como dicen ya algunos cítricos de renombre, al salir del cine sabes que acabas de ver uno de los clásicos del cine, posiblemente una de las mejores películas de la historia del cine.
Pablo.