Un hombre con claros y serios problemas mentales y de socialización, viaja con su coche por las carreteras norteamericanas, con el objetivo de ir a visitar a un cliente descontento. En su viaje tiene la desgracia de cruzarse con un camionero psicópata, que al principio parece que es el típico conductor picado al ser adelantado, pero que al final acaba teniendo una fijación enfermiza con el protagonista, llegando a esperarle durante horas solo para tener la oportunidad de destrozar el coche (con el conductor dentro) con su camión.

La película llega a resultar aburrida en muchos momentos, y el protagonista no ayuda a superar este tedio. Además de ser insufrible y bastante idiota, demuestra en un par de escenas, hablando con su mujer (donde se da a entender que uno de sus amigos intentó acostarse con ella y él no hizo prácticamente nada) y en el bar de carretera (donde tiene un dialogo consigo mismo de besugos y toca las narices a medio bar), que casi merece ser arrollado por el camión.