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Voto de Gorilaenlaniebla:
7
Drama Irlanda, siglo XIX. Una mujer (Glenn Close) se ve atrapada en un triángulo amoroso inusual. Se disfraza de hombre para poder trabajar y sobrevivir, pero 30 años después se encuentra perdida en su propia prisión... (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si una actriz tan conocida como Glenn Close decide ponerse en los zapatos de un personaje como éste y consigue renunciar a narices postizas o a una voz desfigurada, además de no pretender exagerar la masculinidad ni, por el contrario, la feminidad de Noobs que a base de renuncias consigue hacer un retrato tan asexuado de si mismo que hasta resulta incomprensible, es, si se hace bien, una tarea admirable. Logra componer, la actriz, un perfil tan complejo con la rigidez, el hieratismo y la vacuidad de la faz de ese personaje que consigue enfatizar la máscara o el disfraz permanente sin caer en la sobreactuación.

Aunque durante y después de ver la película pensé en que la interpretación, al mismo tiempo que el personaje, estaban llenos de incoherencias y mutilaciones emocionales que no venían al caso, a base de pensarlo he ido llegando a unas conclusiones que sacan a flote las «intenciones» de una historia que me desconcertó. Comprender a Noobs y la interpretación es comprender la película entera y su contenido, y, como siempre, saber es sufrir, y uno sufre mucho al descubrir que no se ha sabido hacer nada mejor con unos personajes y un relato tan potentes como los de The singular Live of Albert Noobs, porque el resultado, a pesar de casi todas las interpretaciones y una historia muy interesante, es meramente correcto, tirando a flojo.

El protagonista no entra en el esquema del travestismo ni la homosexualidad, ni mucho menos en el de la transexualidad, Albert es un ser tan mísero (económica e intelectualmente) que ve una opción de supervivencia en el hecho de transformar su apariencia en aquella que se requiere para trabajar y vivir dignamente en una sociedad como la de la Irlanda del s.XIX. La película se empeña en demostrarnos durante más de una hora que Albert Noobs no sólo vive como un hombre de cara a los demás, sino que es un hombre también a sus propios ojos. Todo ello, cabe decirlo, con una sutilidad que fascina. No consigo descifrar si sus aspiraciones, sus manías y sus miedos son más propios del rol masculino o el femenino, o quizás del de homosexual masculino, pero abren increíbles brechas en la piel de un ser callado e introspectivo, débil, que siempre parece a punto de destrozarse y hacerse añicos, aunque se basa en la dureza de lo mecánico.

No sé si tengo demasiado claras muchas de las ideas que expongo sobre el señor Nobbs, no sé siquiera si he llegado a comprenderlo del todo y ni tan sólo sé si éste me fascina o me crispa, pero estoy muy seguro que no he sido capaz de encontrar paralelismos con ningún otro y deduzco por lo tanto que brilla por su originalidad y la mujer que lo encarna. Nada más.
Gorilaenlaniebla
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