Hubo un tiempo pasado donde este Lou Bloom hubiera convivido entre pares en la gran pantalla: los años setenta, donde se rompieron algunos axiomas sobre quién y cómo debía ser el protagonista de las historias que se contaban, así como hasta dónde debían conducirnos estos personajes.
Claro está que la película es del año pasado, y muy apegada a lo que ocurre hoy en día, donde los límites de la moralidad están difuminados cuando no absolutamente pisoteados, y encima hay una corriente -los mass media- que lo jalea y promociona. Este buscavidas nocturno en la ciudad más desestructurada del primer mundo tiene muy claro el fin que persigue; en cuanto a los medios a los que recurre, su idea es más vaga y poco a poco la va moldeando en aras al "éxito" en su empeño. La eficiencia ante todo, y sobre todo: si por el camino se pierden piezas, o se debe perder la humanidad, pues bienvenido sea.
Está muy lograda la ambientación nocturna y la impunidad de la gran ciudad incontrolable por las autoridades, y los resquicios que buscan algunos para sacar tajada de ello. Además, dos grandes interpretaciones por parte de Gyllenhaal y Russo hacen de esta película un buen motivo para reflexionar por dónde van los tiros morales hoy en día.
Gilroy en mi opinión logra la alquimia con un colorido vivo en la noche -me hizo pensar en los cuadros de Edward Hopper, con la iluminación fuerte en la oscuridad nocturna general- , las persecuciones a golpe de corneta policial y el seguimiento nada juicioso del inmoral y eficiente Bloom.
No es redonda en mi opinión y detallo el por qué en el spoiler, pero me la recomendaron y me alegro mucho haberla visto. Gracias a quien corresponde.