Esta película es una declaración de Rossellini a Anna Magnani y su arte. La película consta de dos episodios bastante distintos. En el primero (“Una voz humana”, adaptación de la obra teatral de Jean Cocteau) solo aparece la actriz sosteniendo una conversación por teléfono en una habitación con su amante, del que apenas sabemos nada y del que no oímos su voz.

Se trata de un monólogo largo de media hora, muy pasional, enérgico, vital, sobre una relación amorosa que se rompe y que fue muy, muy impetuosa. No sé si ella improvisa o no (parece que sí) pero su naturalidad y su poderío se comen la pantalla con su diálogo lleno de fuerza y expresividad.

Lo malo es que por larga y solitaria y por ser un solo escenario, puede llegar a resultar monótona, a pesar de la enorme capacidad de esta impresionante actriz.

Si el primer episodio resulta insulso para mi gusto, el segundo es distinto. Se llama “El milagro”.

Brilla otra vez Anna Magnani, y de qué forma, en una prodigiosa realización de Roberto Rosellini. El sentido religioso ( o no) que propone Rosellini es prodigioso. Si Magnani era un torrente en el primer episodio, aquí vemos su camaleónica faceta de actriz total y solo hay que quitarse el sombrero ante ella. Al igual que el anterior episodio, su intensidad es impresionante, pero aquí se mezcla con un personaje frágil e inocente, absolutamente magistral.
La interpretación de pastora, casi una indigente, que queda embarazada por, según ella, San José es alucinante. Las referencias al pecado original son más que evidentes. La película tuvo polémica, y mucha, en su momento.

Federico Fellini (antes de convertirse en otro director de talla mundial) interpreta a un San José silente también magistral.

La primera historia me gusta menos, y en conjunto acaba restándole un poco, si lo tomamos como un conjunto, pero el segundo es sublime, y Anna Magnani está inconmensurable (creo que ya lo he dicho).

La película no puede sino llevarnos al elogio. La mujer como centro, la humanidad como tema central, un director y una actriz que son pura historia del cine.