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Voto de Gabriel Ufa:
7
7,2
102 601
Drama
Ramón (Javier Bardem) lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, que da al mar, donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es morir dignamente. En su vida ejercen una gran influencia dos mujeres: Julia (Belén Rueda), una abogada que apoya su causa, y Rosa (Lola Dueñas), una vecina que intenta convencerlo de que vivir ... [+]
27 de febrero de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi esta película en su estreno y no me generó entusiasmo, quizá por su carga de pesimismo, porque ya sabemos cómo acaba, por la tristeza de la historia… Pero al volverla a revisar, aunque me cueste verla (la despedida, el final), no cabe duda que es una buena película y, evidentemente, si Amenábar ha llegado hasta “Agora”, algo tienen que ver sus anteriores films, entre ellos “Mar adentro”.
Lo primero que salta a la vista de “Mar adentro”, es que no es una película fácil. Ni fácil de rodar, con un protagonista postrado en una cama durante 26 años, ni fácil en su temática. Por eso, por la dificultad de no aburrir al espectador, mantenerlo expectante y por hacer amena la trama, “Mar adentro” tiene mucho mérito.
No sé si es mérito de Amenábar en su sabia dirección de actores, pero el reparto raya a un nivel muy alto. Por supuesto, Javier Bardem, apoyado en un excelente maquillaje de Jo Allen (“Las horas”, “Gladiator”), con sesiones diarias de cinco horas. Elogiado hasta la extenuación en un trabajo nada fácil, consigue dar verosimilitud, actuando el 95% del metraje sólo con su cabeza, algo realmente complicado.Su composición de Ramón Sampedro, llena de humanidad, es soberbia.
Belén Rueda me parece extraordinaria. Su candidez, su contención (sobre todo), su manera de escuchar, sus silencios, su trato tanto con Ramón como con su cuñada (impagable Mabel Ribera)… Hay una escena en la que Clara Segura la visita en su casa, que me parece buenísima. Lola Dueñas, con su entusiasmo, su naturalidad en una actuación desprovista de artificios, resulta conmovedora.
Lo único que considero inoportuno es la escena de Alberto Amarilla, ridiculizado como un correveidile. ¿No era posible un cara a cara serio entre Jose Mª Pou (el jesuíta estereotipado) y Bardem, a priori mucho más interesante?
Eutanasia sí o eutanasia no, pues es un debate en el que cada uno tiene su opinión, y supongo que todas son respetables.
Hay momentos en que hubiera resultado muy fácil caer en el sentimentalismo más excesivo y aunque a veces el film esté cerca, no cae en la trampa.
Por otro lado, lo que está muy bien reflejado es la determinación del protagonista. Acierta Amenábar al mostrar elementos en los que podría apoyarse para cambiar su decisión (el eterno cariño de su familia, una amiga que se declara enamorada) pero la decisión (una decisión que no se toma de un día para otro) es irrevocable.
No sé hasta qué punto la película es rigurosa con la realidad. Me imagino que en temas tan sensibles, lo acertado es aproximarse lo máximo y parece que Amenábar y Mateo Gil lo han hecho.
Lo primero que salta a la vista de “Mar adentro”, es que no es una película fácil. Ni fácil de rodar, con un protagonista postrado en una cama durante 26 años, ni fácil en su temática. Por eso, por la dificultad de no aburrir al espectador, mantenerlo expectante y por hacer amena la trama, “Mar adentro” tiene mucho mérito.
No sé si es mérito de Amenábar en su sabia dirección de actores, pero el reparto raya a un nivel muy alto. Por supuesto, Javier Bardem, apoyado en un excelente maquillaje de Jo Allen (“Las horas”, “Gladiator”), con sesiones diarias de cinco horas. Elogiado hasta la extenuación en un trabajo nada fácil, consigue dar verosimilitud, actuando el 95% del metraje sólo con su cabeza, algo realmente complicado.Su composición de Ramón Sampedro, llena de humanidad, es soberbia.
Belén Rueda me parece extraordinaria. Su candidez, su contención (sobre todo), su manera de escuchar, sus silencios, su trato tanto con Ramón como con su cuñada (impagable Mabel Ribera)… Hay una escena en la que Clara Segura la visita en su casa, que me parece buenísima. Lola Dueñas, con su entusiasmo, su naturalidad en una actuación desprovista de artificios, resulta conmovedora.
Lo único que considero inoportuno es la escena de Alberto Amarilla, ridiculizado como un correveidile. ¿No era posible un cara a cara serio entre Jose Mª Pou (el jesuíta estereotipado) y Bardem, a priori mucho más interesante?
Eutanasia sí o eutanasia no, pues es un debate en el que cada uno tiene su opinión, y supongo que todas son respetables.
Hay momentos en que hubiera resultado muy fácil caer en el sentimentalismo más excesivo y aunque a veces el film esté cerca, no cae en la trampa.
Por otro lado, lo que está muy bien reflejado es la determinación del protagonista. Acierta Amenábar al mostrar elementos en los que podría apoyarse para cambiar su decisión (el eterno cariño de su familia, una amiga que se declara enamorada) pero la decisión (una decisión que no se toma de un día para otro) es irrevocable.
No sé hasta qué punto la película es rigurosa con la realidad. Me imagino que en temas tan sensibles, lo acertado es aproximarse lo máximo y parece que Amenábar y Mateo Gil lo han hecho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Me parecen muy destacados los diálogos, en los que hay frases muy rotundas y directas, de las que llegan:
-La muerte esta ahí y siempre ha estado. Nos toca a todos. A todos.
-¿Qué es el futuro para ti? La muerte
-El mar significa mucho para ti, ¿no? Hombre, me dio la vida y después me la quitó. No sé si eso significa algo
Aunque es una película que levantó polémica, algunas personas con tetraplejia expresaron su disconformidad con el film y la actitud vital de Sampedro, creo que la intención de Amenábar (al margen de expresar su postura) no era tanto juzgar las razones por las que Ramón Sampedro quería acabar con su vida, sino comprenderlas, de ahí la frase:
-Para mí, esos dos metros necesarios para llegar hasta ti y poder siquiera tocarte son un viaje imposible, una quimera, ¡un sueño!... Por eso quiero morirme”
-La muerte esta ahí y siempre ha estado. Nos toca a todos. A todos.
-¿Qué es el futuro para ti? La muerte
-El mar significa mucho para ti, ¿no? Hombre, me dio la vida y después me la quitó. No sé si eso significa algo
Aunque es una película que levantó polémica, algunas personas con tetraplejia expresaron su disconformidad con el film y la actitud vital de Sampedro, creo que la intención de Amenábar (al margen de expresar su postura) no era tanto juzgar las razones por las que Ramón Sampedro quería acabar con su vida, sino comprenderlas, de ahí la frase:
-Para mí, esos dos metros necesarios para llegar hasta ti y poder siquiera tocarte son un viaje imposible, una quimera, ¡un sueño!... Por eso quiero morirme”