Cuando una historia con potencial como ésta, cae en las manos adecuadas, el resultado suele ser bueno. En este caso, gracias a la maestría de Truffaut y su buen hacer, no sólo es buena sino que se puede calificar de excelente.
Se basa en la biografía de un niño "salvaje" de unos 11 años, tal como fue recogida por el médico Jean Itard, que interpreta un magnífico Truffaut, el fantástico profesor, un humanista convencido, incansable investigador y analista, no falto de afecto, a su modo, hacia el chico, bautizado como Victor.

La película arranca con la recogida de Víctor en los bosques de Francia, cerca de Toulouse. Sorprende la interpretación del chico, Jean Pierre Cargol, desde el principio (sus movimientos y acciones a 4 patas como un animal) hasta el final. Es fundamental para la credibilidad de la historia. Además el blanco y negro le añade un plus que le da una sensación de autenticidad. Todo ello aderezado con la impecable fotografía de Néstor Almendros.
La película es de una calidad pasmosa. Sólo le pondría un pero (en spoiler), que no un defecto.

El proceso de educación, totalmente desde cero, está fenomenalmente narrado, con magníficas descripciones del análisis del pequeño y su evolución.
Tiene un ritmo adecuado y mantiene siempre la expectativa, hasta tal punto que seguimos intrigados por ver las evoluciones de Víctor.
A destacar también Francoise Seigner en su adorable papel de la señora Guerin.
Es terriblemente didáctica. Interesantísima, casi obligada para todos aquellos que estén relacionados con la Educación.

Un clásico de la mano de un maestro.