En esta película confluyen muchos factores positivos: una fotografía cuidada, una ambientación perfecta, unos actores inigualables. Y lo mejor, por supuesto: el guión. Efectivo, que no efectista, y que muestra un tiempo de totalitarismo hoy tan olvidado en estos lares. Realmente cuesta imaginar que todo lo que se nos cuenta pasó, o podía haber pasado con total normalidad en la República Democrática Alemana, o en cualquier otro lugar tras el Telón de Acero (o ahora mismo en Corea del Norte, por ejemplo) Parecería exagerado de no ser por los archivos que el anterior Régimen legó inintencionadamente. Existió, pues, y es necesario que existan también películas así. Y si además de bien hechas, de tener una buena factura, son entretenidas, emocionantes, realizadas con nervio, pues sale uno del cine con la sensación del dinero bien gastado. Aún de un cine de verano, que fue donde la vi yo. En resumen: muy recomendable.