La película sobre Alan Turing me llega mientras leo el Criptonomicon, libro de culto entre hackers que ya me había puesto en la pista de esta sensacional personalidad. El intento de descifrar la máquina Enigma, con la que encriptaban los nazis sus principales mensajes me deja una sugerente metáfora. La humanidad como masa informe jamás perdona a los genios, aunque le salven la vida y ensalza a los mediocres. Alan Turing pudo descifrar a la máquina, pero no entendía nada de los seres humanos. En cuanto a la película, sin hacer alardes de ningún tipo consigue ser sólida, convincente e interesante. Las interpretaciones de los principales Benedict y Keira son realmente estupendas y en general todas las actuaciones muestran un nivel sobresaliente. El director desaparece para darle gusto a la propia historia y realmente te hace sentir la tremenda soledad del genio.