Cuando empezaban a anunciar esta serie me pensé que se quería emular a Pokémon de cualquier forma posible. En principio no pensé en verla, pero cual fué mi sorpresa cuando descubrí que se trataba de otra joya más del anime.
Una serie que sin duda marcó mi infancia (además de pokémon, claro), una serie que engancha, que emociona, que educa, que entretiene, que hace reir... Pero que también aburre bastante con tanto momento educativo, historias repetitivas y diálogos sin sentido.
Lo que más me atrajo desde un principio fué la idea de que los bichos (los digimons) podían hablar el idioma humano, no tenían que encerrarse en compartimentos redondos, pronunciaban sus ataques al usarlos y no dependían de los humanos para ser más fuertes, toda una vuelta de tuerca a lo que estábmos acostumbrados. Los niños elegidos transmiten perfectamente todas sus sensaciones y pensamientos, resultando más interesantes y cercanos al espíritu humano. Esta serie es más para mayorcitos, pues es mucho menos moñas que pokémon, además de estar mucho mejor animada y usar una banda sonora como es debido, que resulta incluso pegadiza.
Esta primera serie fue la que más me gustó después de digimon tamers, un referente en la animación que, sin embargo, le faltaba la chispita de pokémon para superarla. Con todo, flipé con el resultado. Es muy buena, engancha y divierte. ¿Le falta algo más?.