El problema de toda película de genero es que si pretende salirse de los clichés que encorsetan su historia, o eres un gran guionista (y un hábil director) o puedes acabar haciendo el mas grandioso de los ridículos como en esta "Afterparty" que, comenzando como un película de serial killer, cambia a una especie de torture movie y finaliza en algo que se supone sorprendente. Como película de asesinos en serie es ridicula e ilógica, como torture movie es de una noñez que asusta (¿no había presupuesto para la casquería?) y ese desenlace teóricamente curioso es tan absurdo que asusta. Nada en "Afterparty" funciona y lo extraño no es que hayan tardado tanto en estrenarla sino tan solo en que hayan conseguido estrenar una tontería como esta tan mala que asusta. Nada convence en "Afterparty", ni la historia, ni la producción ni la dirección ni tan solo los actores (solo se salva Rocio León aunque corre el riesgo de caer encorsetada en el papel de "sufridora"). Mal, muy mal, todo muy mal. No hay mas.