Película que se compone de cinco historias independientes entre sí, que tienen como protagonistas a ocho hombres que durante los relatos hablan sobre sus vidas, sus puntos altos y bajos, haciendo énfasis en el tema amoroso, punto culminante del film. Gay intenta esclarecer cómo sus personajes afrontan las distintas situaciones a las que se enfrentan, incomodas muchas de ellas.

Al mostrar estas cinco tramas totalmente independiente (valga decir que el desenlace uniendo todas se antoja sumamente forzado, innecesario y hasta risible) obviamente alguna va a tener más fuerza que otra, y este es el caso, las que más he disfrutado por mucho son la de Javier Cámara -formidable actor- con Clara Segura y la de Ricardo Darín con Luis Tosar.

Una pistola en cada mano es una obra bastante ligera, como comedia tiene sus momentos (el público en el cine reía mucho) pero no tantos, uno se ríe más que todo de las situaciones, aunque dado el momento se sienten muy acartonadas, debido a que cuentan con poco tiempo para desarrollarse por la forma en cómo está estructurado el film.

Muy bien actuado, no tan bien hecho, la dirección no me ha gustado mucho, puesto que es muy banal y poco interesante, se pasa el rato sin mucho esfuerzo, al menos es una virtud.