Alex de la Iglesia nos brinda en esta ocasión con una especie de slasher (y algo más) por las calles de Venecia, donde un grupo de españolitos (bastante insoportables todos, no se salva ni uno) han viajado para meterse la juerga padre, pasando totalmente de disfrutar del patrimonio histórico tan enorme que tiene la preciosa ciudad.

La premisa es interesante: ciertos habitantes de la ciudad están hartos, hartísimos de la gentrificación que sufre la ciudad por culpa del turismo, consideran que están destruyendo su tierra y han ideado un plan para pararlo.

A ver, la peli, como tal, no están mal, me gusta la idea y tiene momentos buenos, pero es que también tiene algunas escenas totalmente absurdas que echan por tierra el guión, y como ya había comentado antes, los protagonistas son insoportables, no tienes ningún feeling con ellos y te da igual totalmente si murieran todos.
Una película que ha pasado sin pena ni gloria, una lástima.