Julian Moore interpreta a un ama de casa modélica de los años 50 que tiene una vida y una familia perfecta, hasta que todo cambia y su vida se derrumba. Es un drama muy bien ambientado, que recuerda al cine americano de tradición clásica. La película aborda la intolerancia de la sociedad de la época, el racismo y la homofobia. El nivel de la película es muy alto, lástima que decaiga y deje de brillar conforme se acerca el final.