Clint Eastwood dirige con su habitual maestría este western crepuscular que se aparta de los mitos del género para contarnos la historia de William Munny, un ex pistolero que decide aceptar un trabajo que consiste en asesinar a los maltratadores de una prostituta.
Es un western duro y complejo repleto de brillantes escenas y unos personajes memorables como Munny (Clint Eastwood) y su compañero Ned Logan (Morgan Freeman), el inolvidable sheriff Little Bill Dagget (Gene Hackman) o Bob el inglés (Richard Harris) que viaja acompañado de su biógrafo y nos regala los mejores diálogos de la película. Una película fascinante que nos muestra un Oeste diferente, que desmitifica la figura del pistolero solitario y que echa por tierra muchos de los tópicos que vimos en tantas películas del Hollywood clásico a través de algunas escenas de lo más crudas y realistas.
Película número 16 de Eastwood como director y la 36 como actor y en ambos casos su mejor trabajo sin lugar a dudas, un trabajo por cierto que le sirvió para ganar cuatro Oscars y que es con toda seguridad uno de los mejores westerns que se han rodado jamás, una película en definitiva que es una obra maestra imprescindible para cualquier amante del género y del cine en general.