“Love and death” (gran título original y estúpida traducción al castellano) se encuentra entre la etapa puramente cómica de Allen que finalizó con “El dormilón” y el cine que comenzó con “Annie Hall”, un cine que sin olvidar la importantísima e instintiva parte cómica de su director entra de lleno en temas como el romance, las charlas filosóficas y la emotividad.

“Love and death” no es una película lograda, busca entrar en los territorios intelectuales de su cine futuro pero recurre a las herramientas de su cine pasado. Los gags son demasiados, con el paso del tiempo la acumulación de situaciones cómicas intercaladas con diálogos sobre temas como la vida, la muerte, la religión o el amor (tratados de nuevo con filtros humorísticos) termina saturando por completo. La película no llega ni a la hora y media, y sin embargo se hace muy pesada, Woody Allen actua cómo un payaso, pero a la vez busca dejar un poso emocional en el espectador que es imposible de crear.

Una película intermitente, con destellos de brillantez y momentos olvidables. Por suerte con su siguiente obra consiguió explotar a la perfección esa faceta intelectual que sugiere esta película (más por los homenajes que plantea, la excepcional “El séptimo sello” entre ellas, que por lo que muestra por sí misma).