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Voto de Bateman88:
9
9 de marzo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Safdie no se cortan un pelo, pero no me refiero a escenas explícitas que inunden la pantalla de malestar en forma de casquería baratera o extrema visceralidad. Estos tíos generan un malestar sano y trabajado, un malestar increíblemente adictivo, te encierran en la burbuja de su gran protagonista y no te sueltan hasta que la pantalla se tiñe de extraños colores desde los que emergen los títulos de crédito. Es irrepetible la experiencia vivida con el desgraciado y casi entrañable Howard Ratner, mimetizado por un magnífico Adam Sadler. En serio, pensad por un momento en algún personaje similiar y tan bien ejecutado como lo es el de la rata de Ratner, es algo apoteósico el estudio de personajes que se han marcado los hermanos. Pero lo que más me hace vibrar es su guión, sus diaólogos, su puesta en escena...es como aguantar la respiración bajo un mar bañado de petróleo ardiente, si te quedas buceando te ahogas pero si sales a la superficie acabarás quemado. Y luego está el carácter imprevisible del protagonista, con gusto por caminar por el borde del precipicio, siempre resbalando y siempre levantándose, con una comicidad e ironía que asustan. Aun así, lo pero de esa situación es que viviendo en ese bucle, uno no puede hacer otra cosa que sorprendese y caminar con él e incluso alegrarse cuando gana la partida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero solo hay un momento en el film donde nos rescatan de ese bucle, nos sacan del agua y nos liberan de ese borde del precipicio, un momento donde todo se detiene y solo queda la nada, el pensar que todo lo que se ha hecho ha sido en vano, sin mayor recompensa que el autoconvencerse de que todo está saliendo bien y la rueda girará en tu favor, un momento en el que cae nuestro protagonista con una sonrisa de oreja a oreja y mirándonos de frente para que recapacitemos y seamos conscientes de lo que acaba de pasar, nos está diciendo: "Hace cinco minutos estabas nervioso, querías ganar la apuesta, querías que marcara Garnet y lo querías todo, pero ahora ya no queda nada, solo resta el silencio y el alivio".