Decepcionante en los 106 minutos, una historia de amor aburrida, sin fundamento, con muchas piezas que Marcelo Piñeyro se empeña en encajar sin conseguirlo. Un coctel de actores brillantes, buenos, aceptables e infumables flameado con un repetitivo papel de un Mario Casas "El Deseado"! Su vida bohemia, su solidaridad con chavales conflictivos, su apartamento sacado de una revista de decoración en la arena de esa pequeña playa perdida* y hasta su cojera, de risa.

*Probablemente una querella de la Ley de Costas hubiera dado vidilla a esta peli. Por poner un poco de humor a este desastre.

Una pena ver a dos actores de la talla de Juan Diego Botto y Sergi López sin poder disfrutarlos.