Paterson, conductor de autobús urbano y poeta aficionado (bastante influido por William Carlos Williams, modernista e imagista), vive en la ciudad de Nueva Jersey donde nació, y lleva el mismo nombre que esta. Es un hombre tranquilo, introvertido, que vive feliz junto a su mujer y su perro.

Jim Jarmusch ha escrito y dirigido esta película minimalista, amable, por la que trata de hacer ver al espectador la felicidad que se halla en las pequeñas cosas de cada día, siempre que se hagan con satisfacción. Felicidad, para la que es básico, tener a alguien a quien amar y recibir su amor; y por otra parte, manifiesta el valor de los sueños (encarnados principalmente en la creativa Laura, la mujer de Paterson) para mantener siempre una ilusión y un sentido por el que vivir y ser feliz.

'Paterson' se sitúa en un barrio de esta ciudad en la que la mayoría de la población es de raza negra (en realidad la ciudad de Paterson tiene a algo más de la mitad de su población de origen hispanoamericano, siendo bastante alta también la proporción de emigrantes de otras etnias que allí conviven), donde el protagonista es de los pocos blancos que hay, su mujer (papel interpretado por la actriz iraní Golshifteh Farahani) es inmigrante. La mezcla racial y de culturas es una constante en el cine de Jarmusch. El guionista y escritor busca mostrar su historia de una manera natural, sin sobresaltos, tanto dirigiendo como con su propio argumento, llevando esa serenidad casi hasta un punto límite; no aparece en toda la película ni una pelea, incluso las dos breves disputas que surgen son tratadas de una manera que se podría tildar de algo ingenua; todo resulta, a través de la actitud de su protagonista, contemplativo, meditativo, plácido y sosegado, incluso los recorridos en autobús. Sencillez cotidiana no exenta de grandes asuntos propios de la condición humana, tales como la convivencia social y, sobre todo, el amor. Universo, el de este filme, en el que también hay espacio para la adversidad, a la que se hace frente, también, sin aspavientos, pensando que si cada día que muere da paso a otro nuevo, del mismo modo la pérdida de algo querido puede dar lugar a un renacer o a una nueva creación dentro de cada uno de nosotros.