Entiendo que los críticos de cine, periodistas y hombres al fin y al cabo, suspendan en nota esta película. Yo le doy un 9 al guión y a la dirección. La interpretación de la frivolidad por Lea Seydoux, perfecta. Es más, me recuerda a cierta periodista española, que haga lo que haga, siempre con la misma voz y la misma cara. No me parece para nada un retrato de la sociedad francesa, sino de la sociedad en general del siglo XXI, que por temor a enfretarnos a una realidad muy dolorosa y que nos obligaría a cambiar nuestra forma de vida, preferimos centrarnos en nosotros mismos, nuestros valores como individuos y no como sociedad, para pretender vivir el día a día ignorando todo lo que nos rodea y que está podrido. Por supuesto, los medios de comunicación se encargan de que esta máscara de frivolidad se mantenga bien arriba, entreteniendo a todo aquel que por las noches se dice a sí mismo "qué triste es la vida", mientras rechina los dientes de envidia por el coche que se gasta el vecino.
Cierto que la película podría decir todavía mucho más, pero las he visto que con solo sexo han llegado mucho, mucho más lejos.