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España España · Donostia-San Sebastián
Voto de Keichi:
7
Drama. Thriller. Comedia. Romance Charlie Kohler, antiguamente un gran concertista de piano, trabaja ahora como pianista en un popular cabaret de una ciudad. Charlie se las ha arreglado para ocultar a todos y mantener en secreto su misterioso pasado, pero, inesperadamente, aparece uno de sus hermanos pidiéndole ayuda. (FILMAFFINITY)
8 de septiembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque las influencias cinematográficas que inspiraron a los autores de la Nouvelle Vague fueron tan dispersas como la autoría de sus películas, no se puede negar la tremenda impronta que el neorrealismo italiano y especialmente los clásicos americanos tuvieron en las mismas. Truffaut no era una excepción y seguramente su admiración por los trabajos de Hitchcock, Welles o Ford le llevó a meterse de lleno en el mundo del thriller con su segundo largometraje, una adaptación de Down There, novela del escritor David Goodis. Así, aunque haya en ella un poso de drama existencialista e incluso algunas pinceladas de humor surrealista (el diálogo con los secuestradores en el coche bien podría ser obra de Tarantino), Disparen al pianista es ante todo un noir clásico, con sus mujeres fatales, identidades secretas y un halo de fatalidad que envuelve toda la historia. Sin duda, Truffaut supo llevar el cine negro a su terreno sin desvirtuarlo.

El protagonista del film es Charlie Kohler, un pianista con un pasado dramático a sus espaldas que se gana la vida malgastando su talento en una taberna de barrio. A la par que establece un romance con la camarera deberá hacer frente al pasado criminal de sus hermanos que le persigue. Esta pareja protagonista la encarna maravillosamente el cantante Charles Aznavour y una hermosísima Marie Dubois, genialmente hierático el y perfecta ella en su papel de mujer aguerrida. Entre los secundarios vuelve a aparecer Albert Rémy, una breve aparición de Nicole Berger -como presagiaba el film, murió pocos años después en un accidente de coche- y Michèle Mercier, icono del cine francés de los sesenta gracias a las películas de Angélique, marquise des anges. Disparen al pianista es también la primera película de Truffaut a la que puso música el compositor Georges Delerue, habitual del director que se elevó hasta el estrellato de Holywood. Ocurre lo mismo con la guionista Suzanne Schiffman, desde entonces una sombra en todas las películas venideras del realizador.
Keichi
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