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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
8
Drama Retrato de la vida de Uxbal: padre abnegado e hijo desamparado. Intermediario de la sombra. Próximo a los desaparecidos. Atraído por los fantasmas. Sensible a los espíritus. Superviviente en el corazón de una Barcelona invisible. Sintiendo que la muerte le ronda, intenta encontrar la paz, proteger a sus hijos, salvarse a sí mismo. La historia de Uxbal es sencilla y compleja, al igual que nuestras vidas de hoy. (FILMAFFINITY)
2 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Biutiful es una película que pesa. Para bien y para mal. Es mórbida, dolorosa e hipnótica. Biutiful podría ser la historia de un hombre que va muriendo poco a poco, de hecho no hay mejor metáfora para Biutiful que una vela apagándose: a medida que la llama se hace más pequeña, la sombra del fuego es más alargada. Uxbal no está muriendo: ya estaba muerto desde el minuto uno de metraje.

Iñárritu es mucho más cruel que el Von Trier de los noventa: no deja que su personaje tenga al menos una escena de llanto, confesión o desahogo. Quizás porque Uxbal es bueno pero también malo. Contradictorio. Como todos los demás personajes (Maricel Álvarez es muy muy grande). Por ello, más que una película sobre la fealdad, es una película sobre la belleza imperfecta; o aún mejor, una película sobre esa belleza que quiere imitar la perfección (otra metáfora: el primer mundo y sus complejidades) y no lo logra. Porque hay algo de copia (y top manta), de sueños no cumplidos (esos Pirineos...), de emigraciones y emigrantes (y redadas policiales), en la trama de Biutiful.

Uxbal es un hombre que se ha equivocado en todo. No sabemos cómo ha llegado hasta aquí (mejor 'allí': todo resulta tan mugriento que necesitamos medir las distancias), pero poco importa: la cuestión es que se casó con la mujer equivocada, eligió una profesión que en verdad no es un trabajo, toma decisiones que al final tienen su castigo. Incluso su existencia ha sido un error: el mal emana de él en forma de cáncer (otra metáfora: él mismo se autodestruye), ni tan siquiera conoció a su padre, como si su concepción hubiera sido un accidente de la naturaleza. Cuesta con tanta metáfora no pensar en Biutiful como una película religiosa, pero las escenas en las que Bardem imita a un medium me parecen de lo más rocambolesco que se ha rodado en años.

Dejémosnos de cábalas: todo nace y muere por, para y gracias a Bardem. Sin duda, es el personaje más misterioso y duro de su carrera. Su presencia es fuerte, pero el verdadero secreto está en sus ojos: lo dicen todo. Y con él, Iñárritu homenajea otra Barcelona, su Barcelona; una Barcelona posible, que no real. El mexicano parece embelesado con cada imagen que le ofrece la ciudad: desde los humos que escupen las chimeneas de las fábricas hasta el vaivén de unos pantalones que, tendidos y mirando la gran urbe, se empapan de agua mientras llueve. Biutiful, por esa acumulación de imágenes, resulta un tanto excesiva. Por su carencia de síntesis, incluso por ser una película que prefiere dejarnos 'destrozados' antes que 'emocionados', Biutiful es la peor película de su autor. Quizás porque las demás eran casi perfectas (dato totalmente subjetivo). ¿No habíamos dicho que Biutiful hablaba de la no belleza? Pues eso. La cinta es 'biutiful' a conciencia. Después de verla necesitarán rehabilitación.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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