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Voto de John Dunbar:
9
6,5
6 018
Drama
Pablo, "el Meca", "el Sebas", y Ángela son cuatro muchachos que quieren escapar del ambiente marginal en el que viven. Para ello, necesitan conseguir dinero, aunque no están dispuestos a trabajar durante años para poder ahorrar. Ellos solo piensan en conseguirlo rápidamente y en vivir deprisa. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No fue la primera pero si una de las más representativas de un género conocido como cine quinqui (o kinki, a gusto del consumidor) y eso a pesar de no estar hecha por uno de los dos grandes padrinos del género como son José Antonio de la Loma y Eloy de la Iglesia. Para mi gusto personal probablemente la mejor.
El cine quinqui, auténtico cine de culto y cuyas películas que tan bien retrataban esa época difícil de la España de los 70 y los 80, tenían como nexo la delicuencia juvenil y las drogas en cuanto a la temática además de estar protagonizadas por verdaderos delincuentes juveniles que desde muy jóvenes ya coqueteaban con las drogas lo que les serviría a varios de ellos para años más tarde ser víctimas reales de sobredosis y morir como podían haber hecho en cualquiera de sus papeles, solo que esta vez lejos de los focos y casi en el más completo anonimato.
"El Jaro", "El Vaquilla", "El Torete", son algunos de los nombres propios de esas historias cuyas vidas huyendo de la policía reflejaba este cine. En "Deprisa, deprisa" la historia es completamente ficticia pero podría haber sido completamente cierta ya que tanto personajes como andanzas se solapan unas con otras. Otra de las cosas que tienen en común es la música que las acompaña que amenizan tanto las tropelías varias que acometen como la vida diaria. En este caso la música de Los Chunguitos, indispensable como no, suena repetidamente a lo largo de la película; música pegadiza que se relaciona enseguida.
Los personajes descritos en todo el género, ya sean biográficos o ficticios, son víctimas a la par que verdugos, sus vidas se mueven a través del único medio que conocen, que no es otro que el de los trapicheos y las drogas. Hijos del éxodo de familias hacia las grandes ciudades y provenientes de barrios marginales y humildes del extrarradio de esas mismas ciudades viven como sólo saben hacer: deprisa, deprisa.
Como le diría Richard Gere a Julia Roberts en "Pretty woman" hablando de ópera, en el caso del cine quinqui seguramente o te encante o lo odies, sin termino medio. A mi es lo primero.
El cine quinqui, auténtico cine de culto y cuyas películas que tan bien retrataban esa época difícil de la España de los 70 y los 80, tenían como nexo la delicuencia juvenil y las drogas en cuanto a la temática además de estar protagonizadas por verdaderos delincuentes juveniles que desde muy jóvenes ya coqueteaban con las drogas lo que les serviría a varios de ellos para años más tarde ser víctimas reales de sobredosis y morir como podían haber hecho en cualquiera de sus papeles, solo que esta vez lejos de los focos y casi en el más completo anonimato.
"El Jaro", "El Vaquilla", "El Torete", son algunos de los nombres propios de esas historias cuyas vidas huyendo de la policía reflejaba este cine. En "Deprisa, deprisa" la historia es completamente ficticia pero podría haber sido completamente cierta ya que tanto personajes como andanzas se solapan unas con otras. Otra de las cosas que tienen en común es la música que las acompaña que amenizan tanto las tropelías varias que acometen como la vida diaria. En este caso la música de Los Chunguitos, indispensable como no, suena repetidamente a lo largo de la película; música pegadiza que se relaciona enseguida.
Los personajes descritos en todo el género, ya sean biográficos o ficticios, son víctimas a la par que verdugos, sus vidas se mueven a través del único medio que conocen, que no es otro que el de los trapicheos y las drogas. Hijos del éxodo de familias hacia las grandes ciudades y provenientes de barrios marginales y humildes del extrarradio de esas mismas ciudades viven como sólo saben hacer: deprisa, deprisa.
Como le diría Richard Gere a Julia Roberts en "Pretty woman" hablando de ópera, en el caso del cine quinqui seguramente o te encante o lo odies, sin termino medio. A mi es lo primero.