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Voto de Lafuente Estefanía:
8
Aventuras. Western Año 1925. Fred C. Dobbs (Humphrey Bogart) decide ir a Tampico en busca de oro para salir de la miseria. Emprende el viaje con otros dos vagabundos (Walter Huston y Tim Holt), pero la codicia y la envidia que surge entre ellos les creará más problemas que cualquier dificultad del camino. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya es raro encontrarse en una película a dos norteamericanos mendigando y siendo estafados en México. Aunque sea en 1925. Y encima que uno de ellos, Dobbs (Bogart), consiga un pequeño premio en la lotería que comparte con el otro, Curtin (Holt).
Están sin blanca y duermen en "El oso negro", un dormitorio social donde conocen al "tercer hombre", Howard (W. Huston), un viejo minero que conoce bien la mentalidad humana, "El oro cambia la personalidad del hombre", "No sé de ningún buscador que haya muerto rico".
Pobres diablos, los otros dos están convencidos de estar hechos de otra pasta y se lanzan con el anciano a la búsqueda del oro en las altas sierras mexicanas. Son tan poco expertos que al principio lo confunden con la pirita, el oro de los tontos.
Un fantástico guion conduce al espectador en lo que parece una cinta de aventuras, pues las hay de todos tipos.
Nada de eso, la realización se centra en los tres buscadores y en los cambios que experimenta su personalidad a medida que van engordando los saquetes de oro. De guardar juntos el tesoro, a repartir al final del día entre los tres los hallazgos, a esconderlos cada uno en lugares secretos ... a no conformarse con el de cada uno y ambicionar el de los demás hasta matar si es preciso.
La codicia y la avaricia, especialmente en el caso de Dobbs que llega a lo patológico.
Menos, pero también los otros muestran esta inclinación. Hasta el extremo de ver en los demás a bandidos que quieren robarles "su oro". Impecable la aparición de Cody (Bennet) y de los indígenas que solo quieren la curación de un niño semiahogado que nos permite conocer la antigua profesión del viejo Howard, "Los buenos médicos nacen, no se hacen".
Hermoso detalle antes de abandonar la explotación el de "Cerrar las heridas de la montaña para dejarla como estaba antes", o hablar de la misma como se fuera una madre. Toda una novedad en 1948. Nada que ver con la moralina de los políticos actuales que justifican la subida de nuestros impuestos para que la "Madre Tierra" nos esté agradecida. Cursis, algo mucho peor que tratarnos como imbéciles.
Soberbias interpretaciones del trío y de todo el reparto en general. Lo mismo que la música y la fotografía.
Una gran película que recomendamos. Mucho más que un simple relato de aventuras.
Lafuente Estefanía
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